La
evaluación recoge la información pertinente sobre los logros, avances y
dificultades que presentan los estudiantes en el desarrollo de sus
aprendizajes.
Dicha
información sirve para tomar decisiones de mejoramiento y recuperación
pedagógica.
La
evaluación proporciona información útil para la regulación de las actividades,
tanto de los docentes como de los estudiantes. En el caso del docente, sirve
para mejorar e ir adaptando su enseñanza a las necesidades de quienes aprenden;
en el caso de los estudiantes, para que sean consientes de los aspectos a
superar y las potencialidades que pueden desarrollar; y en el caso de los
padres de familia, para apoyar a sus hijos en el afianzamiento de sus logros y
superación de sus dificultades.
La
evaluación determina también, si los estudiantes han desarrollado los
aprendizajes previstos para poder otorgarles, o no, la certificación
correspondiente. La evaluación de los aprendizajes en la Educación Básica Regular se caracteriza por ser integral, continua,
sistemática, participativa y flexible.
Consideramos
a la evaluación como un proceso que nos permite recoger información oportuna
para la toma de decisiones. La evaluación implica un juicio de valor, pues
siempre implica un pronunciamiento, una interpretación de la información que
estamos recogiendo; en definitiva, un juicio claro y riguroso sobre el objeto
de esta evaluación. Solo así conocemos exactamente la situación del proceso y
del objeto, del desarrollo formativo y del comportamiento de los estudiantes, de
los propósitos y de los resultados.
Así,
tomaremos decisiones consistentes y acertadas sobre la dirección del proceso y
de la concomitancia de sus elementos. De esta manera, finalmente, podremos
ayudar eficazmente al estudiante, a fin de que seleccione permanentemente las
mejores vías y opciones de perfeccionamiento, y alcance los resultados que
razonablemente se pueden esperar, tanto de sus capacidades como del contexto
educativo en que se haya inmerso.
Recordemos
que en un examen, o una medición escueta, tiene muy poco de juicio de valor
sobre lo que esta ocurriendo y, en consecuencia, no hay ninguna posibilidad de
intervención real en el proceso perfectible de los estudiantes.
La
medición solo describe, tomando como base una unidad dada y frecuentemente
limitándose a un solo rasgo, mientras que la evaluación valora todo el proceso,
todos los elementos y toda la persona, con el fin de llegar a unas conclusiones
y tomar decisiones para mejorar ese proceso
y sus elementos, en definitiva, mejorar los comportamientos del sujeto.
En
evaluación por fines se considera lo siguiente:
a) Evaluación inicial o
diagnostica: se utiliza para detectar
los conceptos previos que posee el estudiante y las destrezas que son capaces
de utilizar en el aprendizaje. Es el andamio o estructura previa de la que
tiene que partir el alumno para poder aprender de forma constructiva y
significativa.
b) Evaluación formativa
o de proceso: trata de evaluar los fines
de la educación que son las capacidades-destrezas y valores-actitudes, por
medio de escalas de observación sistemáticas, individualizadas y
cualitativas-cuantitativas y a través de pruebas en las que se evalúa el
desarrollo de destrezas. La esencia de este tipo de evaluación es conocer a los
estudiantes para ayudarlos a que se conozcan a si mismos como estudiantes, informándoles sobre los
objetivos que lograron y lo que les hace falta para mejorar. Este tipo de evaluación
debe ser una forma de apoyar los esfuerzos que realizaron y, a la vez, ser
constructivamente crítico y poder diagnosticar, tanto las fortalezas como las
debilidades de los alumnos y alumnas.
c) Evaluación sumativa: es aquella que evalúa las capacidades, valores y
actitudes a través de los contenidos y métodos de aprendizaje, cualitativa o
cuantitativamente, de una manera progresiva, según la edad de los estudiantes.
La finalidad de la evaluación
sunmativa es determinar el nivel de logro de las capacidades después de un
periodo de tiempo.
• Permitir al docente
evaluar lo que los estudiantes pueden hacer así como la capacidad que tienen que
tienen para usar contenidos y destrezas. Esta información es igual de valiosa
para los estudiantes.
• Permitir la aplicación de
contenidos y destrezas en lugar de la simple repetición memorística de los
hechos.
• Lograr que los estudiantes
participen y reflexionen; por ejemplo, los estudiantes deberán conocer los
criterios de evaluación para una tarea dada, y a veces se les pedirá que ayuden
a crear una tabla de evaluación para medir los diferentes aspectos de su
rendimiento (autoevaluación).
• Dar a los estudiantes la
oportunidad de analizar su propio aprendizaje y de reconocer que áreas necesitan
mejorar.
• Basarse en niveles de
rendimiento fijados por equipos de profesores para un grupo de edad particular,
y comunidades claramente a estudiantes y padres de familia.
• Resultar informativas
apara estudiantes, padres de familia y docentes, así como proporcionar orientación
para futuros aprendizajes.
• Tomar como referencia
capacidades y niveles coherentes con todas las áreas, como son las capacidades
y actitudes de aprender a aprender y la colaboración en el trabajo.
• Reflejar el nivel logrado por el estudiante en relación a todos
los criterios del área y proporcionar las mismas oportunidades para todos los
estudiantes.